"Desafía tus Límites: Hábitos y Disciplina para la Vida"
- Gus Yurgel
- 26 dic 2023
- 8 Min. de lectura
Hola, queridos lectores de nuestro blog. En el artículo de hoy, exploraremos un tema fascinante: la disciplina y los hábitos, pero con un toque especial de espiritualidad. ¿Alguna vez te preguntaste cómo la disciplina puede ser la llave que nos libera y cómo los hábitos construyen el camino hacia la felicidad? Acompañame en esta exploración.
La Disciplina como Camino hacia la Libertad:
En este viaje hacia la disciplina y los hábitos, quiero compartir contigo una perspectiva que ha sido un pilar en los últimos 15 años de mi vida. En mi estante de libros de cabecera descansa "Los Yoga Sutras de Patanjali", una joya milenaria comentada por Sri Sri Ravi Shankar.
Los Yoga Sutras inician su travesía indagando sobre la necesidad de disciplina. ¿Cuándo es esencial la disciplina? No necesitamos disciplina para las acciones que nos traen placer inmediato, como comer algo delicioso o beber algo refrescante en verano. La verdadera disciplina se revela en aquellas acciones que no nos ofrecen gratificación instantánea. ¿Estudiar, meditar, construir hábitos saludables? Esa es la verdadera disciplina.
La disciplina, lejos de ser un yugo,
es la llave que libera las cadenas.
Estas palabras de los Sutras nos enseñan que la disciplina no debería ser una imposición asfixiante; su objetivo es allanar el camino hacia la alegría y la liviandad. Por ejemplo, cuando estudias, al inicio, puede no brindar deleite, pero con el tiempo, los frutos y el triunfo se manifiestan.
La disciplina auténtica radica en cultivar un equilibrio sostenible en el tiempo. No es ese placer efímero que traerá la alegría profunda ni la felicidad duradera. Es esta facultad una herramienta para desplegar tus alas.
Si eres comprometido con la meditación, hallarás paz mental; si le dedicas cuidado a tu cuerpo, serás fuerte y saludable; si ordenas tus finanzas, prosperarás económicamente.
La disciplina es una llave maestra
para superarte y vivir con libertad.

La filosofía estoica
Los estoicos, una antigua escuela filosófica que incluía a figuras como Séneca, Epicteto y Marco Aurelio, tenían una perspectiva particular sobre los hábitos y la disciplina. La filosofía estoica abogaba por la autodisciplina, la moderación y el control de las emociones para lograr la virtud y la tranquilidad interior.
Los estoicos de la antigüedad sostenían que si bien no podemos controlar lo que ocurre en el universo a nuestro alrededor, sí podemos controlar la manera en que pensamos al respecto.
Así, según su doctrina, los seres humanos debemos cultivar una forma de ser disciplinada, autocontrolada y tolerante, empleando para ello el coraje y la razón. A través de este camino, se puede alcanzar cierta armonía virtuosa, único camino hacia la verdadera felicidad.
En el contexto estoico, los hábitos eran herramientas para cultivar la excelencia moral y la tranquilidad interior. Se veían como medios para vivir una vida virtuosa y resistir las perturbaciones externas.
¿Cómo lograr la disciplina?
Enfocarse en el largo plazo.
Asociar tu disciplina a un objetivo profundo, que te inspire a superarte.
Identificar qué hábitos serán los protagonistas de tu disciplina.
Planificar y sistematizar: tu agenda, tus actividades, tu cuidado corporal, tu cuidado mental y tus comidas.
Arrancar de a poco, pensar en grande pero dar pasos pequeños.
La disciplina, en este contexto, se refiera a la actitud y decisión de comenzar un nuevo hábito y la fortaleza y perseverancia para sostenerlo en el tiempo.
Hábitos Atómicos y su Impacto
Ahora, hablemos de hábitos. Comenzaremos inspirados en el concepto de "Hábitos Atómicos" de James Clear.
Él nos explica que son esos pequeños cambios, esas acciones consistentes, las que construyen la arquitectura de nuestra vida. Cada hábito es como un ladrillo que contribuye a la construcción de nuestro bienestar. ¿Has notado cómo esos pequeños hábitos diarios pueden tener un impacto atómico en tu vida?
Definición de hábito
James Clear: rutina o práctica realizada regularmente; una respuesta automática a una situación específica.
Nos propone un sistema de productividad que consiste en generar hábitos a través de la repetición continua de acciones mínimas, automáticas y conscientes a lo largo del tiempo.
Algunos conceptos buenísimos:
A nuestro cerebro le gusta ahorrar energía
El propósito de un hábito es resolver problemas con el menor esfuerzo posible. Esto se consigue repitiendo comportamientos hasta que se convierten en automáticos y, cuando esto ocurre, la mente consciente se libera de parte de su carga mental que puede emplear en otras cosas.
Según los científicos, los hábitos surgen porque el cerebro está constantemente buscando la forma de esforzarse menos. Si se le deja a su suerte, el cerebro intentará convertir cualquier rutina en hábito, ya que los hábitos permiten al cerebro descansar con más frecuencia. Este instinto de ahorrar energía es una gran ventaja.
Crea tu sistema de hábitos atómicos
Necesitas un sistema para convertirte en la persona que quieres ser.
Hazlo en tres pasos:
Primero (Fase 1): Identifica quién quieres ser ya sea a nivel individual, equipo, comunidad o grupo.
Segundo (Fase 2): Realiza pequeñas acciones, aunque parezca que no hacen nada, para ser esa persona.
Tercero (Repite): Repite el ciclo de estas acciones para reforzar la identidad necesaria que a su vez da forma al hábito. Y, así, hasta que se establece el comportamiento deseado de forma automática.

Incorporando Hábitos Saludables:
Ahora que hemos explorado la filosofía detrás de la disciplina, demos un paso práctico hacia la incorporación de hábitos saludables en nuestra vida diaria. Si bien la teoría es inspiradora, la práctica es la llave maestra que abre las puertas de la transformación.
Imagina tus hábitos como pequeñas semillas. Al principio, pueden parecer insignificantes, pero con el tiempo, crecen y se arraigan en tu rutina diaria. Un hábito es como una gota de agua constante que, con el tiempo, puede cincelar incluso la piedra más dura.
Comencemos con algo simple. ¿Has considerado incorporar unos minutos de meditación al despertar? No requiere un cambio radical; puede ser tan breve como cinco minutos. Este pequeño hábito puede traer calma a tu mente y establecer un tono positivo para el día.
Otro hábito clave es la hidratación adecuada. Una buena cantidad de agua por la mañana no solo despierta tu sistema, sino que también inicia el proceso de desintoxicación natural del cuerpo. Es un pequeño hábito con grandes beneficios.
La actividad física regular es fundamental. No implica un entrenamiento intensivo, pero incluso un paseo diario puede marcar la diferencia. Encuentra algo que disfrutes, ya sea yoga, caminar, correr o bailar. La consistencia es clave.
¿Cómo van tus hábitos alimenticios? No es necesario un cambio drástico; simplemente, incorpora más alimentos frescos y nutritivos. Un pequeño cambio cada día puede acumularse en una transformación significativa a largo plazo.
Por último, la gestión del tiempo es vital. Incorpora hábitos como la planificación diaria y la priorización de tareas. La disciplina en la gestión del tiempo te brinda la libertad de dedicar tiempo a lo que realmente importa.
Estos son solo ejemplos sencillos, pero su impacto puede ser profundo. Recuerda, los hábitos no son tareas abrumadoras; son pequeños rituales que, con el tiempo, esculpen la obra maestra de tu vida. ¿Te animas a incorporar alguno de estos hábitos simples hoy mismo?

¿Y qué hay de los malos hábitos?
“El poder de los hábitos” Duhhig Charles
Los hábitos nunca desaparecen del todo, en realidad. Se quedan codificados en las estructuras del cerebro, lo cual es una gran ventaja porque sería terrible, por ejemplo, que tuviéramos que aprender a conducir de nuevo al volver de nuestras vacaciones.
El problema es que el cerebro es incapaz de distinguir entre los hábitos buenos y los malos, así que si tienes malos hábitos siempre estarán al acecho, esperando las señales y las recompensas adecuadas.
Y los estudios demuestran que, una vez que se crea un nuevo patrón, salir a correr o ignorar las papas fritas se vuelve tan automático como el resto de los hábitos.
Pero los hábitos surgen sin nuestro permiso. Los estudios indican que las familias no tienen la intención de consumir comida rápida de forma regular. Lo que ocurre es que la costumbre de una vez al mes poco a poco se convierte en una vez a la semana, y luego en dos veces a la semana, a medida que las señales y las recompensas crean el hábito,
Conclusión mía: los malos hábitos están ahí al acecho, ser consciente de esto te permitirá observarlos y reemplazar unos por otros mejores.
La Espiritualidad de la Disciplina y los Hábitos.
Ahora, demos una mirada al dominio más espiritual. Si te fijas, todas las religiones te proponen alguna ritual, práctica o sistema de hábitos. En la práctica espiritual encontramos una forma de conexión con nuestro interior más profundo, y, al mismo tiempo, con el vasto universo que nos rodea. Al igual que un monje dedicado a sus prácticas diarias, nosotros también creamos rituales que nos conectan con lo divino en nosotros y en el universo.
La disciplina en la espiritualidad no se trata solo de seguir rituales, sino de cultivar una conexión interna. Es encontrar lo sagrado en cada acto, en cada hábito diario. Cuando te sumerges en lo más profundo de tu Ser, cada acción se convierte en una ofrenda, una danza sagrada con la existencia.
Imagina tu rutina diaria como un mantra, una repetición consciente que eleva tu conciencia. La espiritualidad propone ayudarte a tener una atención plena a cada momento. Desde el simple acto de preparar tu desayuno hasta caminar al aire libre, cada instante se vuelve sagrado.
La disciplina también reside en la gratitud. Cuando cultivas hábitos desde un lugar de agradecimiento, infundes cada acción con amor y consciencia. Agradecer por la comida que tienes, por el cuerpo que te lleva, por el día que comienza, esto transforma tu vida en una celebración.
Observa tu respiración como un regalo divino. En cada inhalación, te conectas con la energía vital del universo; en cada exhalación, liberas lo que ya no necesitas y te alivianas.
Despierta y ve; cada instante es una danza armoniosa entre tú y el cosmos.
Y, hablando de conexión con la naturaleza, ¿has considerado el hábito de disfrutar y agradecer por el sol? Cada vez que sientes sus cálidos rayos acariciando tu piel, puedes verlo como un abrazo energizante del universo. Incluso unos minutos al día, ya sea en un parque o tu propio jardín, pueden convertirse en un hábito sagrado.
Escucha el susurro del viento entre las hojas como una canción ancestral. Siente la tierra bajo tus pies como la madre que nos sostiene. La disciplina de conectarte con la naturaleza no solo nutre tu bienestar físico, sino que también alimenta el alma. Es un recordatorio constante de que somos parte de algo más grande.
En este espacio espiritual, la disciplina deja de ser una tarea y se convierte en una expresión de tu ser. Los hábitos se vuelven mantras, y cada día se convierte en una peregrinación hacia el centro de tu ser. Descubres que la disciplina, en su esencia más pura, es un camino hacia la autorrealización.
Hábitos que Construyen Felicidad
¿Qué es la felicidad?
A un nivel sutil, la felicidad es nuestra esencia, en el núcleo de nuestra existencia, en nuestro Ser, solo hay dicha.
Sin embargo, a veces es difícil llevar esta sabiduría a la práctica.
La felicidad, esa joya preciosa que todos buscamos, está tejida en la tela de nuestros hábitos. Cuando cultivamos hábitos que nutren nuestra mente, cuerpo y espíritu, estamos construyendo la base para una vida plena y satisfactoria.
¿Cuáles son los hábitos que te traen felicidad a largo plazo?
¿Cuándo tomarás la decisión de comprometerte con esos hábitos?
Y recordá; arrancá de a poco. Hábitos simples, hábitos atómicos.
Conclusión:
Así que, queridos amigos, la disciplina y los hábitos son como las notas de una melodía que componen la sinfonía de nuestra vida. Cada elección, cada acto consciente, nos acerca a la libertad y la felicidad que todos anhelamos. ¿Cuál será tu próximo hábito, tu próximo paso hacia la libertad y la felicidad?
Gracias por llegar hasta el final.
Un abrazo enorme y muy feliz fin de año.
GUS
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